El termómetro ha comienza a bajar y parece que las bajas temperaturas nos acompañará en los próximos meses. Nuestros mayores, las personas con enfermedades crónicas o las mujeres embarazadas son los más vulnerables a las bajas temperaturas. Aunque, también tenemos que tener especial atención con los niños, cuya piel es muy sensible.


Cuando el frío llega, no solo es necesario hacer el cambio de armario y sacar tu ropa de abrigo, sino que también hay que preparar la despensa. Estos consejos te ayudarán a estar calentito estos meses de invierno.

Abrígate

Los abrigos, bufandas, gorros y guantes te protegerán ante las bajas temperaturas. El frío debilita las defensas de las vías respiratorias y facilita que entre el virus al organismo, provocando la aparición de gripe y resfriado.

Cocina platos calientes

Las sopas, cremas y guisos calientes, son una opción excelente no sólo para calentar el cuerpo, sino para combatir el hambre en un periodo donde se acostumbra a comer más. Además, estas comidas agilizan el proceso de digestión. Esto es debido a que el estómago no tendrá que calentarla para poder digerirla.

Añade a tu dieta alimentos que generen energía

En invierno comemos más porque nuestro cuerpo lo necesita. Debemos comer más comida calórica porque está nuestro cuerpo esta gastando energía en mantener la temperatura adecuada. Como resultado, necesitamos más carbohidratos para tener la energía que necesitamos para realizar nuestras actividades normalmente.

Guarda la fruta fuera del frigorífico

Como hemos dicho antes, ingerir alimentos fríos enfría el cuerpo. Así que, es mejor guardar la fruta en un bol a temperatura ambiente para no tomar la fruta fría. Además, si eres muy friolero puedes optar por tomarla caliente en forma de compota o salteada en aceite de coco y canela para calentarla.

Toma infusiones y bebidas calientes

No hay nada como una infusión caliente para aliviar el calor. La ingesta de bebidas calientes hace que el cuerpo empiece a sudar para liberar calor. El sudor se evapora, y eso hace que la temperatura de nuestro organismo descienda, compensando la ligera subida de temperatura que nos había provocado llenar el estómago de fluido caliente.

Calienta tus articulaciones

El frío ,la humedad o los cambios en la presión atmosférica pueden provocar que tus articulaciones te duelan o las notes más rígidas. Aplica calor en tus articulaciones para reducir estas molestias. Puedes usar las típicas bolsas de agua caliente o los saquitos de semilla o hueso de aceitunas.

Evita el consumo alcohol

Cuando tomamos alcohol los vasos sanguíneos se dilatan, permitiendo una mayor circulación de sangre. Como hay más sangre y la sangre tiene una alta temperatura, estos receptores informan al cerebro erróneamente de que la temperatura está aumentando de forma peligrosa.

Combina agua fría y caliente para no tener frío

El frío puede provocar que te duela la cabeza, así que sumerge los brazos o piernas en agua unos 10 minutos a 36º y luego añade agua caliente para elevar la temperatura hasta unos 40º. Además, para adaptarte mejor a los cambios del tiempo, te recomendamos que alternes agua fría y caliente en tus duchas.

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